Ford Mondeo: juega con hándicap

Importado de México, desde donde, a diferencia de sus competidores no paga arancel por su introducción, el buque insignia de la marca del óvalo despliega un arsenal de tecnología en pro del confort y la seguridad. Y con un precio muy competitivo.


 Mondeo, más conocido como Fusion en la mayoría de los países, llega en un momento muy oportuno. Con una gama acotada, ya que no dispone de motorización Diesel, el nuevo Mondeo aspira a conquistar un segmento con potencial demanda, donde hasta hace poco reinaban el Volkswagen Passat y el Peugeot 508, pero que hoy cuenta con una oferta casi inexistente.
De esta manera, Ford aprovecha las ventajas impositivas (no paga el 35% de arancel de importación) que le otorga su origen, para arrancar en punta en un contexto económico que no favorece a ninguno de sus potenciales rivales.
Esta quinta generación se presenta con un diseño totalmente evolucionado, que se identifica con la afamada marca Aston Martin y que le brinda un aspecto muy agresivo y estilizado.
Derivado del concept Evos, es el séptimo producto global de la marca que desembarca en el país, actulamente se fabrica en cinco plantas: México, Estados Unidos, España, China y Rusia. Aquí se lo ofrece en tres versiones, todas automáticas: la de entrada SE, con un motor 2.5 de 170 CV, la intermedia SE 2.0 Ecoboost de 240 CV y la tope de gama, Titanium, que equipa el mismo motor que el anterior.
En la lista de prioridades
Si en algo sobresalía el Mondeo anterior era en el comportamiento dinámico. Ahora, sin sacrificar dicha virtud, el fuerte de esta nueva generación es el confort de marcha y la explicación es que aquí llega configurado tal como lo hace en los Estados Unidos, donde el público es muy exigente en ese sentido. Por esa razón, el andar de este vehículo es notable, aun a altas velocidades, cuando los pasajeros no deben levantar en exceso la voz para hablar entre ellos ni tocar demasiado la tecla de la radio para seguir escuchando buena música. Eso también habla de la esmerada insonorización.
Además de todo esto, el auto va muy firme y dobla a pedir del conductor, sin generar dudas al momento de la maniobra. La única desventaja del Mondeo en cuanto al andar es necesitar de precaución para afrontar los desniveles, como cunetas, bajadas de garaje y lomos de burros, debido a su bajo despeje del suelo, sumado a su largo voladizo delantero y a gran distancia entre ejes.
Altas prestaciones
Con una relación de 120 CV por litro, el moderno impulsor de la familia Ecoboost 2.0 de 240 CV que equipa la versión Titanium probada le brinda a este sedán de 1.689 kilos suficiente agilidad y elasticidad para desenvolverse con soltura, tanto en ciudad como en ruta. Acompañado por una caja automática secuencial de seis velocidades con levas en el volante, las prestaciones hablan por sí solas. En las pruebas alcanzó una velocidad máxima de 226,7 km/h y aceleró de 0 a 100 km/h en apenas 7,6 segundos; para llegar de 80 a 120 km/h demandó solamente cinco segundos. Con transmisión a las ruedas delanteras, la caja mostró un comportamiento bastante eficaz y con pocas críticas, salvo una mínima pereza al momento de la máxima exigencia. Aprovechando el torque de 34,7 kgm, a partir de las 1.750 vueltas, con la sexta marcha colocada se mueve a 130 km/h en el régimen de las 2.500 rpm. Sin olvidarnos de los 240 CV, el rendimiento del combustible en ciudad , aunque los valores en ruta son más que lógicos. De esta manera obtuvimos 12,6 km/l a 120 km/h, 15,1 km/l a 90 km/h y 8,9 km/l en ciudad.
Bienvenidos a bordo
En un entorno moderno y con buena calidad, la habitabilidad continúa siendo uno de sus fuertes.  El espacio trasero sigue muy generoso, aunque no sea tan amplio como el de su antecesor, por lo menos en el área para las piernas, aunque la distancia entre ejes es exactamente la misma. La posición de manejo es óptima, gracias a las múltiples regulaciones eléctricas del volante y del asiento, que dispone de tres memorias y también se ajusta a la llave con la que se seteó, además de desplazarse cinco centímetros hacia atrás para facilitar el acceso al vehículo. El baúl ofrece unos resaltables 514 litros, aunque su boca de carga es relativamente pequeña.
La futurista plancha frontal alberga una enorme cantidad de comandos, como los botones para el climatizador de la consola central, que para nuestro gusto son demasiado sensibles, por lo que, ante el menor contacto involuntario, se cambian todos los parámetros. El tablero de instrumentos cuenta con un velocímetro analógico, flanqueado por dos pantallas con información digital, cuyos instrumentos o indicaciones pueden configurarse a gusto. De todos modos, algunos de ellos, como el cuentavueltas, resulta algo chico.
Para hablar y describir en detalle el equipo de confort, necesitaríamos de muchas páginas más. Por eso, además de la extensa lista que presentamos en la ficha, queremos destacar los asientos calefaccionables y también refrigerables, el audio de alta fidelidad Sony de doce parlantes y el climatizador automático que, además de controlar las diferentes temperaturas, regula la velocidad del ventilador y las salidas de aire deseadas.
También apuntamos la novedosa apertura con SecuriCode (se realiza a través de un panel numérico táctil situado en el marco de la puerta del conductor), que permite ingresar al vehículo sin necesidad de poseer la llave y, por otro, el sistema de entrada sin llave con botón Ford Power y arranque remoto. Otra gran ventaja novedosa de este sistema es que permite poner en marcha el motor y el climatizador desde una distancia de hasta 100 metros. Cabe destacar que toda la gama cuenta con tapizado de cuero y techo solar eléctrico. Cuenta con control de velocidad crucero, pero, a diferencia de su antecesor, no es adaptativo, sistema que compartía con Volvo.
Una contra para las largas extensiones de nuestro país y teniendo en cuenta que los neumáticos son de 18 pulgadas, es la rueda de auxilio de uso temporal, cuya medida es 125/80 R16.
Bien puntuado en protección
En términos de seguridad, el Mondeo también se coloca a la vanguardia del segmento: esta versión Titanium cuenta con diez airbags, entre los que se incluyen los ubicados en los cinturones de seguridad traseros. Dispone también de luces altas automáticas que, para evitar el encandilamiento, se desactivan al detectar en la ruta otro vehículo al frente. Completan el rubro el control electrónico de estabilidad y tracción, la asistencia al arranque en pendientes y el detector de baja presión de neumáticos. Un detalle destacable es que el titular del auto puede setear diferentes parámetros para que el que ingresa con la llave alternativa (un hijo, por ejemplo) no pueda desconectar los sistemas de seguridad, superar cierta velocidad máxima ni subir el audio hasta determinado volumen. Al igual que algunas versiones del Focus, el Mondeo cuenta con el sistema de estacionamiento asistido, pero agrega cámara de marcha atrás, y sensores delanteros y traseros.
En este ítem también hay sistemas de avanzada para resaltar, como el sistema de mantenimiento de carril que monitorea los cambios involuntarios de carril y advierte al conductor a través de tres métodos programables: vibración del volante, asistencia automática con retorno al curso normal y una combinación entre las dos anteriores. También cuenta con detector de fatiga, que, según el comportamiento del conductor, sugiere parar para descansar, además de alertar cuando quien maneja circula demasiado tiempo sin las manos en el volante. Completa la ecuación para sus merecidas cinco estrellas otorgadas por el organismo estadounidense NHTSA, una carrocería realizada con un 61% de acero de alta resistencia. Curiosamiente en función de su gran nivel, no cuenta con faros de xenón, ni luces rompenieblas traseras.
Cifras muy competitivas
Tal como bien lo definen los ejecutivos de la marca, el Mondeo llega para abastecer un segmento  que hasta ahora estaba hibernando. Sus principles competidores, Peugeot 508 y Volkswagen Passat, no sólo pagan impuestos internos y de extrazona, sino que la generación que cada marca todavía tiene en stock, en ambos casos, se encuentran en su final de vida.
El precio del Mondeo arranca en los 420.000 pesos del SE 2.5 de 170 CV, que se acerca, incluso,  a su hermano menor Focus sus versiones altas (Titanium), que ya son alcanzadas por el impuesto al lujo al igual que varios modelos más equipados del mismo segmento. En tanto, la versión intermedia SE 2.0 Ecoboost cuesta 465.000 pesos y la variante Titanium 2.0 probada es alcanzada por la segunda escala del impuesto, por lo que salta a los 658.900 pesos. Las versiones nafteras más altas de sus rivales, Passat (2.0 TSI Luxury DSG de 211 CV) y 508 (1.6 Feline Tiptronic de 163 CV), figuran en las listas de precios oficiales a 854.000 pesos y 460.276 pesos, respectivamente.
Para los seguidores de los sedanes grandes de alta gama en los papeles de las marcas japonesas también figuran el Honda Accord 3.5 V6 de 280 CV, a 753.410 pesos, y el Toyota Camry 3.5 V6 A/T de 277 CV, que se aleja a los 1.105.030 pesos. Acompaña a las virtudes tecnológicas y al acomodado valor del Mondeo, su garantía de tres años o cien mil kilómetros. En cuestiones de posventa, los directivos de Ford aseguran que no habrá diferencias con otros modelos de la marca, ya que afirman que el servicio del óvalo es uno de los más esmerados del mercado local. Si esto se cumple, este recién llegado podrá mejorar su valor de reventa, ítem donde el Mondeo históricamente nunca ocupó los lugares de privilegio dentro segmento.













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