DeLorean DMC-12, del fracaso al éxito por un film

La trilogía de películas “Volver al Futuro” estableció al 21 de octubre de 2015 como una de las fechas de arribo de la máquina del tiempo, un DeLorean DMC-12 de principios de los 80, portador de una particular historia. Conocela.




Las películas de ciencia ficción fueron y siguen siendo admiradas por personas de todas las edades. La zaga “Volver Al Futuro” fue un hito en el ambiente cinematográfico y en las tres ediciones el éxito fue actor principal. En ellas, Marty McFly (caracterizado por Michael J. Fox) y el Doc Emmett Brown (Christopher Lloyd) viajaban, desde mediados de la década del ochenta, al pasado y también al futuro. Para ello utilizaban un auto, algo modificado, que denominaban “La Máquina Del Tiempo”.
La introducción sobre la película sirve para repasar la historia de un vehículo, que hasta ese momento era poco conocido y exclusivo alrededor del mundo. Se trataba de un DeLorean DMC-12, un coupé deportivo muy particular, poseedor de un aspecto futurístico e inconfundible. A bordo de aquel auto se transportaba todo el equipamiento indispensable para viajar en el tiempo, y en la segunda entrega de la película imaginaron un futuro para el día 21 de octubre de 2015.
Pero es el DeLorean el que tiene un pasado y un presente muy particular. Su mentor fue John Zachary DeLorean, un ex empleado jerárquico de General Motors, responsable de varios modelos históricos dentro del grupo, como el Pontiac GTO. Tras la renuncia en la multinacional decidió crear una marca propia. El primer prototipo estuvo listo en 1977, pero debió esperar hasta 1981 para llegar finalmente a la producción. El diseño corrió por cuenta del conocido carrocero italiano Giorgetto Giugiaro.
Equipado con un motor trasero, utilizaba gran parte del chasis del Lotus Espirit, con suspensión independiente en las cuatro ruedas. La intención inicial era incorporarle un motor rotativo Wankel, pero la idea no prosperó y se optó por uno convencional, con seis cilindros en V a 90°, completamente de aluminio y con 2.8 litros de cilindrada. Se denominaba PRV y las siglas indican que el diseño fue una acción conjunta entre Peugeot, Renault y Volvo. Con inyección de combustible mecánica, un árbol de levas a la cabeza y 12 válvulas, entregaba en origen, unos 170 caballos de potencia.
La estructura principal estaba conformada por plástico reforzado, mientras que los paneles de la carrocería eran de acero inoxidable, por lo que no necesitaba pintura. Esa es la razón del color exterior plata, caracterizado por la falta de brillo. Otro aspecto inconfundible son las puertas exteriores, con apertura tipo “alas de gaviota”.
Al DeLorean se lo conoce como un auto americano, y algo de cierto hay: John DeLorean era oriundo de Detroit, la ciudad automovilística por excelencia, pero igualmente su vehículo era fabricado en Irlanda, con diseño italiano, chasis inglés y motor francés. El precio que imaginó en un principio era de 12 mil dólares (por eso el nombre, DMC-12) pero finalmente ese valor se duplicó cuando llegó a la comercialización.
La razón por la que la exótica coupé se fabricaba en el Reino Unido era simple. El gobierno de Irlanda de Norte, preocupado por la falta de empleo, fue el mayor accionista del proyecto. El gran porcentaje de los autos producidos fueron exportados a los Estados Unidos, inclusive no hubo versiones con volante a la derecha.
El mercado americano, en esa época, estaba muy preocupado por los índices de contaminación, y los grandes catalizadores redujeron hasta en 40 caballos de fuerza la potencia del V6. Con 130 caballos a las ruedas traseras y cajas manuales de quinta o automática de tres, no ofrecía prestaciones considerables. Desde 1981 hasta finales de 1982 se produjeron unas 8.500 unidades. La empresa entró prontamente en la quiebra, y su dueño, para salvarla, recurrió a negocios oscuros que terminaron por hundirlo definitivamente.
Un par de años después, un DeLorean fue utilizado como base automotriz para la máquina del tiempo. Gracias a ello llegó a casi todas las partes del mundo, se ganó la admiración de los más chicos y pasó ser un modelo codiciado por muchos entusiastas. En la actualidad los ejemplares son muy bien valorados. ¿Que hubiera sucedido si la serie de películas comenzaba dos años antes? No lo sabemos, y la máquina del tiempo no está en funcionamiento para averiguarlo.




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