HISTORIA DEL MUSEO DEL AUTOMÓVIL

COL.LECCIÓ D´AUTOMÒBILS SALVADOR CLARET

HISTORIA DEL MUSEO DEL AUTOMÓVIL

La Colección de Automóviles Salvador Claret, tiene sus inicios en los años 1950
cuando el Sr. Claret adquirió un automóvil Ford modelo T del 1923, el cual, una
vez restaurado, lo utilizaba para circular.

Durante
los años 1960 tuvo lugar la primera prueba destinada a los automóviles antiguos
en esta ocasión el Sr. Claret participó con su Ford T.

El éxito de esta prueba animó al Sr. Claret a adquirir otros automóviles, por la
cual cosa puso a la venda su Ford T y adquirió en poco tiempo un Hispano Suiza,
un Rolls Royce, un Salmson y un Fiat. Con estos automóviles, se animó a
participar en diferentes pruebas fuera de nuestras fronteras, donde pudo
comprobar el respeto y aprecio que daban al automóvil de época los diferentes
coleccionistas europeos. Esta nueva visión, corroboró aun más el hecho de que
tenia que continuar adquiriendo más automóviles.

Esta Colección, de carácter familiar, fué el primer Museo dedicado a la automoción
abierto diariamente al público en todo el Estado Español y forma parte del Sistema de Museos
Técnicos del Museu Nacional de la Ciència i de la Tècnica de Cataluña.

En el recorrido del Museo se encuentra material de muy diversos temas y procedencias,
si bien todo tiene relación con la automoción: material de aviación,
motocicletas, velocípedos, motores estacionarios y otros materiales repartidos
dentro de las sales donde, sin duda, el automóvil destaca por encima de todos.

En tres de las cuatro salas actuales, los automóviles están situados sin ningún
orden cronológico o bien por marcas, esto es debido a problemas de espacio que
han obligado a situar los automóviles por razones de longitudes, para disponer
de un pasadizo central.

Tan solo en una de estas salas, la que lleva el nombre de “Museu de
l’Automòbil i la Motorització Espanyola”, no se produce esta situación y
allí se recoge todo el material de que dispone la Colección, fabricado en
nuestro País.

Su fundador, Salvador Claret i Naspleda (1909-1984), se puede considerar como uno
de los primeros protectores que ha tenido España para conservar su Patrimonio
Técnico.