Vuelve el Citroën Mehari, esta vez eléctrico
Es el E-Mehari que la marca francesa lanzará en Europa en 2016. Es un dos puertas descapotable con carrocería de plástico y propulsión eléctrica que revive el concepto de aquel vehículo austero de hace cuatro décadas.
No hay argentino de más de cuarenta que no recuerde al Mehari. El Citroën más austero de aquellos años sesenta y setenta tenía carrocería de plástico, techo y puertas de lona, y un motor sencillo. El auto era ideal para jóvenes y caía muy simpático al público en general. Hoy la marca francesa lanza un revivir de aquel modelo que busca mantener sus características generales aunque, obviamente, aclimatado al siglo XXI.
Se trata del E-Mehari, que tiene esa letra “E” agregada en el nombre porque es un coche propulsado por energía eléctrica. Un cabriolet de cuatro plazas, tiene la estética de marca actual de Citroën pero, al mismo tiempo, rasgos de aquel Mehari nacido en 1968.
Es un vehículo convertible porque su techo es removible con un sistema que lo cierra a los costados. Las partes de la carrocería se ponen y se quitan de forma muy práctica, de modo que los usuarios pueden cubrir el frente, la cola, alguno de los costados o todo el vehículo.
La carrocería es de plástico, un material que la marca destaca como ideal por ser libre de corrosión, de mantenimiento de pintura y la elasticidad necesaria para soportar pequeños impactos. El E-Mehari pretende ser un coche para su uso en libertad, por cualquier terreno, de ahí también la austeridad de este verdadero buggy moderno.
La propulsión eléctrica está provista por la energía almacenada en un paquete de baterías de polímero de litio (LMP), un sistema que es “totalmente sólido” y reconocido por la densidad de la energía y por la seguridad en su utilización. La recarga demanda ocho horas con un cargador especial y trece enchufándolo directamente a la red doméstica.
El E-Mehari tiene una autonomía de 200 kilómetros en el ámbito urbano y una velocidad máxima de 100 km/h. Pronto se lo podrá ver por las calles europeas, porque será lanzado en la primavera boreal, el año próximo. Y Mehari será otro de los nombres de modelos que reviven evocando a la tradición de su marca, en este caso Citroën.
No hay argentino de más de cuarenta que no recuerde al Mehari. El Citroën más austero de aquellos años sesenta y setenta tenía carrocería de plástico, techo y puertas de lona, y un motor sencillo. El auto era ideal para jóvenes y caía muy simpático al público en general. Hoy la marca francesa lanza un revivir de aquel modelo que busca mantener sus características generales aunque, obviamente, aclimatado al siglo XXI.
Se trata del E-Mehari, que tiene esa letra “E” agregada en el nombre porque es un coche propulsado por energía eléctrica. Un cabriolet de cuatro plazas, tiene la estética de marca actual de Citroën pero, al mismo tiempo, rasgos de aquel Mehari nacido en 1968.
Es un vehículo convertible porque su techo es removible con un sistema que lo cierra a los costados. Las partes de la carrocería se ponen y se quitan de forma muy práctica, de modo que los usuarios pueden cubrir el frente, la cola, alguno de los costados o todo el vehículo.
La carrocería es de plástico, un material que la marca destaca como ideal por ser libre de corrosión, de mantenimiento de pintura y la elasticidad necesaria para soportar pequeños impactos. El E-Mehari pretende ser un coche para su uso en libertad, por cualquier terreno, de ahí también la austeridad de este verdadero buggy moderno.
La propulsión eléctrica está provista por la energía almacenada en un paquete de baterías de polímero de litio (LMP), un sistema que es “totalmente sólido” y reconocido por la densidad de la energía y por la seguridad en su utilización. La recarga demanda ocho horas con un cargador especial y trece enchufándolo directamente a la red doméstica.
El E-Mehari tiene una autonomía de 200 kilómetros en el ámbito urbano y una velocidad máxima de 100 km/h. Pronto se lo podrá ver por las calles europeas, porque será lanzado en la primavera boreal, el año próximo. Y Mehari será otro de los nombres de modelos que reviven evocando a la tradición de su marca, en este caso Citroën.
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